Para algunos pacientes será suficiente cambiar sus hábitos alimenticios, mientras otros requerirán un manejo médico adaptado a su padecimiento.
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Los síntomas son muy variados, desde dolor agudo o recurrente en la espalda, sensación urgente de orinar, infecciones recurrentes de vías urinarias o en ocasiones se diagnostican al realizar estudios radiológicos por otras razones médicas. Las piedras de calcio son las más comunes, pero también existen de ácido úrico y otros minerales que se asocian a problemas de salud crónicos como apatita, cistina o estruvita. Su origen puede ser multifactorial, conjugándose factores hereditarios y alimenticios, como baja ingesta de líquidos, aumento en el consumo de alimentos altos en sodio, proteínas de origen animal y ciertos suplementos como vitamina C. Además, factores metabólicos, como la obesidad y la diabetes promueven la aparición de “piedras” en la vía urinaria.
Existen también anomalías en la anatomía de la vía urinaria que propician su formación. Debido a lo anterior, se recomienda estudiar cada caso en forma individual y evaluar estrategias específicas para evitar la formación de éstas. Para algunos pacientes será suficiente cambiar sus hábitos alimenticios, mientras otros requerirán un manejo médico adaptado a su padecimiento. Existen muchos mitos acerca de las estrategias que ayudan a evitar su formación, desde restringir la ingesta de lácteos, tortillas, refrescos, hasta el uso de “productos milagro”.
Las recomendaciones generales en todo paciente con “piedras” en los riñones son: ingesta abundante de líquidos (2.5 litros), disminuir el consumo de sal, evitar alimentos ricos en oxalatos, y reducir la ingesta de proteínas de origen animal. El objetivo inicial del tratamiento de la litiasis renal es evitar las complicaciones médicas mediante la extracción o fragmentación de las “piedras”. De acuerdo a su tamaño y localización, el médico y paciente seleccionan el mejor manejo quirúrgico.
En algunos casos, sólo es necesario vigilar las “piedras”, cuando son muy pequeñas y los pacientes se encuentran sin síntomas. Además, siempre es recomendable evaluar la posibilidad de realizar estudios metabólicos completos (orina y sangre) para determinar el mejor manejo médico y evitar la formación de nuevas piedras en el futuro.